Una limusina negra adornada con banderitas estadounidenses en la parte delantera, simulando el vehículo oficial del inquilino de la Casa Blanca, circuló por las calles visiblemente cargada con cajas y un sillón de Ikea.
De esta manera se pretendía transmitir la idea de que el recientemente elegido presidente de Estados Unidos compra personalmente en Ikea los muebles y los complementos del hogar para decorar su nueva residencia.
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